Piensa con todo tu cuerpo
Parafraseando
la frase del maestro budista zen japonés Taisen Deshimaru, Piensa con tu cuerpo entero, que me quedó rondando hace unas
semanas cuando la leí en un artículo; yo que retomaba desde hace algunos meses
mi camino de entrenamiento actoral me quedé pensando qué podía representar esta
frase a la luz del siglo XXI.
¿Qué significa pensar con todo tu cuerpo?
Pensar
con el cuerpo, que en inglés se llama embodied cognition va más allá del
“Pienso, luego existo” de R. Descartes; implica un confiar y ser conscientes del papel
que juegan los sentidos en este proceso de aprendizaje. Pensamos con muchas más
partes del cuerpo de las que imaginamos, desde el cuerpo, pero no solamente
desde el cerebro.
El cerebro
influye en las respuestas del cuerpo y también el resto del cuerpo influye en
el cerebro y su pensamiento en una relación dialéctica, de conflicto que a
veces concluye en una especie de síntesis; mostrándose desde un cuerpo
silenciado o un cuerpo que se expresa. Vemos entonces al cuerpo como un espacio
de comunicación activo, no pasivo; elemento de sociabilidad que nos permite ir
al encuentro de lo común y la diferencia como espacios multidimensionales,
complejos y plurales.
David
Le Breton, doctor en Sociología por la Universidad de París; señala que pensar
el cuerpo es pensar el mundo. Cuando pensamos su existencia y propósito en el
mundo, es un claro referente a cómo va el mundo. Un mundo en chiquito. Hemos
pasado del pienso, luego existo en el que el cuerpo no tenía más que el papel
de lastre o monigote que hacia lo que se le decía a la era de la tecnología que
define el cuerpo como algo imperfecto que necesita ser corregido o eliminado.
Sabes pensar con todo el cuerpo
La
sabiduría del cuerpo implica un estar atento al entorno, conectado con la
totalidad de manera consciente y al
tanto de su repercusión en nuestro cuerpo y como éste a su vez influye en el
contexto inmediato y mediato.
Cómo
un entorno contaminado influye de manera negativa en nuestros cuerpos está
demás explicar y cómo un cuerpo, multiplicado por mil puede traerse abajo un
régimen ya lo vimos en la Marcha de los
Cuatro Suyos ( Perú)
Desde
una nueva perspectiva educativa que no niegue al cuerpo sino que confíe en él
en su totalidad; acostumbrándonos a sentir y a expresar lo que sentimos en el
hacer y de una manera constructiva. Verbalizarlo puede generar conocimiento.
Aprender,
es aprender a pensar desde el cuerpo. El propio pensamiento abstracto tiene su
sede en la forma como vivimos nuestros movimientos La explicación de una serie
de teorías que pretenden dar un concepto integrador del cuerpo (psicoanálisis,
existencialismo, perspectiva sociológica del cuerpo... e incluso la existencia
de una hermenéutica corporal) posibilitan un referente teórico que nos permiten
generar un constructo educativo tomando como referente al cuerpo y sus
vivencias, que a su vez genera la experiencia personal. Se aprende lo que se
vive. Se es lo que nuestro mapa corporal delata con los años.
Lima,
11 de enero del 2018
Daisy Sánchez Bravo
Artista y comunicadora
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